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El origen de las sillas de oficina

 

El origen de las sillas de oficina插图El noble de Núremberg Martin Leverholz von Kolberg describió el concepto de silla giratoria con ruedas en su manuscrito de 1505, técnicamente iluminado. El naturalista Charles Darwin fue uno de los primeros innovadores en crear la silla de oficina moderna.

Surgimiento

Con la llegada del transporte ferroviario a mediados del siglo XIX, las empresas empezaron a superar el modelo tradicional de gestión familiar y a restar importancia a la administración.

A medida que las empresas ampliaban sus servicios, se necesitaba más personal administrativo para gestionar los pedidos, la contabilidad y la correspondencia.

A medida que se ampliaba el ámbito de trabajo en la oficina, la concienciación sobre el entorno, la tecnología y las instalaciones de la oficina pasó a formar parte de una cultura centrada en la productividad. Esta concienciación llevó a la creación de la silla de oficina, una silla diseñada para el nuevo oficinista.

Inicio del diseño

El inventor estadounidense Thomas E. Warren (n. 1808) diseñó en 1849 el sillón de muelle centrípeto, fabricado por la American Chair Company de Troy, Nueva York. Se exhibió por primera vez en la Exposición Universal de Londres de 1851. Hacia 1850, un grupo de ingenieros estadounidenses empezó a investigar cómo las sillas podían mejorar la salud y la relajación haciendo hincapié en la postura y el movimiento.

Las sillas de oficina se diseñaron cuidadosamente para permitir a los oficinistas permanecer sentados en sus escritorios durante largos periodos de tiempo, aumentando así la productividad.

Sillas giratorias con ruedas permiten a los empleados acceder a más zonas dentro del área de trabajo mientras están sentados, eliminando el tiempo y el esfuerzo que pasan de pie.

Las de madera están diseñadas para adaptarse y sostener el cuerpo del empleado sentado, con respaldos de listones y reposabrazos que proporcionan un apoyo adicional para mejorar la comodidad del empleado.

Al igual que las sillas modernas, muchos de estos modelos pueden ajustarse ligeramente para ofrecer la máxima comodidad durante largas jornadas de trabajo.

La estética se filtró en las sillas de oficina ergonómicas a finales de los años 70

En 1974, Herman Miller, una autoridad en fabricación moderna, invitó a Stumpf, que había estado investigando sobre la sedestación humana en el Centro de Diseño Medioambiental de Madison, en la Universidad de Wisconsin, a poner en práctica sus investigaciones para desarrollar una nueva silla, y en 1976 lanzó la Ergon Chair, una silla sin partes móviles, pero con un uso poco habitual de espuma moldeada.

La silla no tiene piezas móviles, pero su uso de espuma moldeada es poco habitual. El diseño de la Silla Ergon consigue facilitar la maniobrabilidad en determinados apoyos posturales clave. Los expertos en ergonomía no siempre han reconocido esta silla, pero sí han reconocido unánimemente el importante papel que desempeñó en la divulgación de la ergonomía.

Silla Aeron 1994: Apoyo lumbar

A partir de los años 80, los ordenadores se convirtieron en el pilar de la oficina, y el creciente número de litigios laborales por lesiones relacionadas con los ordenadores cada año dejó claro que los asientos ergonómicos podían ser ventajosos.

La silla Aeron, lanzada por Herman Millers en 1994, es probablemente la única silla ergonómica que puede ser nombrada por alguien ajeno al sector. La característica más peculiar de la silla era el apoyo lumbar, que utilizaba toda una superficie especialmente curvada para el respaldo del asiento.

El cojín lumbar permitía mantener la espalda recta mientras se utilizaba el ordenador, minimizando así los daños en la columna lumbar, y la silla podía servir de apoyo en diversas posiciones, tanto si uno se reclinaba para hablar por teléfono como si se inclinaba para teclear, lo que resultaba un diseño muy atractivo en aquella época.

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